10 febrero 2020
Mi cabina de masaje no es una cabina al uso, es mucho más que eso…es mi templo. Es el lugar donde soy yo en mi más pura esencia, es donde me dejo llevar por mi sensibilidad, intuición y profesionalidad. Es el lugar donde me muestro tal y como soy desde lo más puro, desde lo más íntimo, desde mi yo más profundo.
Cuando realizo mi trabajo tengo una experiencia casi mística donde transmito lo que soy a través del masaje.
El respeto por mi trabajo es tan grande que toda persona que se hace un masaje lo siente y lo nota. Por eso mi profesión no es una profesión común es mucho más porque se une técnica y sensibilidad, pasión y servicio.
Mi cabina de masaje… es donde yo me encuentro conmigo misma y donde soy yo en esencia… es mi lugar en el mundo.