14 mayo 2021
Cuando hago masajes me gusta crear un ambiente cálido y acogedor para que mis clientas se sientan bien y confortables. Me gusta cuidar los detalles y crear un entorno relajante. Pongo música suave y aromatizo el ambiente con aceites esenciales. Tengo presente que la iluminación es también un factor importante a tener en cuenta, por ello vigilo que sea tenue e indirecta.
Procuro que la clienta tenga a mano una silla y un colgador para depositar su ropa y pertenencias en el momento de desvestirse antes del masaje.
La cabina está siempre limpia, ordenada y ventilada sobre todo entre masaje y masaje. Todo el material empleado es de un solo uso que va a la papelera después de ser utilizado excepto las toallas que son lavadas a alta temperatura para mayor limpieza y desinfección.
Al entrar en el centro, la clienta sigue el protocolo covid con desinfección de manos con gel hidroalcohólico y toma de temperatura. Antes de iniciar el masaje me aplico yo también el gel en las manos y al acabar desinfecto la camilla con un producto adecuado.
Tengo un escalón para que se pueda acceder con mayor comodidad a la camilla. El aceite que utilizo en cada masaje es de almendras dulces por su suavidad con la piel . Es muy hidratante y antialérgico. Lo toleran todas las pieles incluso la de los bebés. Así me aseguro que sienta bien a todo tipo de personas.
Algo que tengo muy presente cuando hago masajes es no perder en ningún momento el contacto físico con la receptora para no sacarla de su «burbuja de relax». Incluso si debo reponer el aceite lo hago con una sola mano manteniendo con la otra el contacto con la clienta.
La camilla es de buena calidad, suave y mullida para que el confort sea máximo. Utilizo un cojín para la cabeza, otro para el hueco poplíteo y para las lumbares cuando la ocasión lo requiere.
La temperatura me gusta que sea la adecuada para cada momento del año. Es muy importante no pasar ni frío en invierno ni calor en verano para una mayor relajación y bienestar.
Me gusta cuidar y mimar a mis clientas. Hacerlas sentir únicas y especiales. Ellas me han escogido a mí y han depositado su confianza en mis manos para que las ayude y no hay nada que me produzca mayor placer que cumplir con esa misión.