Cuando pensamos en quiromasaje, solemos asociarlo con alivio físico: contracturas, tensión muscular, rigidez en el cuello o espalda. Pero existe una vertiente menos conocida y profundamente transformadora: el quiromasaje emocional.
A diferencia de un masaje convencional, el quiromasaje emocional va más allá de lo físico. Se basa en la conexión entre el cuerpo y las emociones, y utiliza el tacto consciente como vía para liberar bloqueos emocionales almacenados en los tejidos corporales. Porque sí: las emociones que no expresamos se quedan en el cuerpo.
Nuestro cuerpo guarda memorias. Situaciones de estrés, tristeza, ira o miedo pueden quedar “guardadas” en zonas específicas del cuerpo (como el pecho, el abdomen o los trapecios). El quiromasaje emocional ayuda a desbloquear estas tensiones y permite que esas emociones salgan de forma suave y segura, sin necesidad de hablarlas.
Si nunca lo has probado, puede ser una experiencia profundamente reveladora.

Deja un comentario